martes, octubre 23, 2012

Pezones casi rojos




La argentina late, como posibilidad y esperanza, en la mayoría de los habitantes de este mapa militar, de forma rara, de forma resultante, imprecisa si se le conocen las fronteras de carne y hueso. Conmueve. No en el sentido peyorativo, que lo tiene, de lo conmovible. Que es tanto lo opuesto de lo cognoscible cuanto un registro mas sensible para abordar, precisamente, lo cognoscible.  Ok, voy a hablar en castellano. A veces, en este, mi blog, no lo hago, eso de hablar en castellano, porque no tengo tiempo. Otras veces, esta madrugada de lluvia, con los motores existenciales a pleno -los celos, por ejemplo, que patadón inspirativo generan, si supieras, vida ajena, las cosas lindas que surgen de los sentimientos miserables que a todos nos brotan- puedo tomarme un mate en la antesala del razonamiento.
Un tucumano no se siente del todo, sino como posibilidad, un argentino. Un formoseño es casi tan paraguayo, los une el desprecio de las metrópolis, cuanto argentino. Un jujeño sabe tanto de la ausencia de salida, al mar y al beneficio simbólico del muelle, como un boliviano. Un sureño es apenas sur. Nuevito. Chileno. Un entrerriano está más cerca de Uruguay y la independencia nacional, o sea, la desobediencia, que las infamias resultantes del presente.


Me la fuman los cuadros sinópticos de ese oficio bajo, devenir de los cortesanos del rey, que es la sociología electoral. La patria, como promesa, contenida en la escolarización del mapa militar, late como posibilidad. Incluso en los familiares y sobrevivientes de los Correntinos que pelearon la guerra porteña contra Inglaterra por extender, hay que decirlo, los puertos.
La guerra por Malvinas la peleó Corrientes, la recuerdan todas las provincias, todos los municipios, cuanto más lejos del prestigio de las metrópolis una escuela, más recuerda esa intuición de patria, esa guerra de mierda, esa herida que para mí, que no tengo deudas generacionales sin saldar, es una reverenda y obispa porquería.

Cuando para mear me paraba en puntas de pie y me bajaba los pantalones con urgencia de puta por debajo de la cola la Argentina era una lección de la escuela. Cuando fui chico, cuando fui niño, cuando fui pibe, no fui argentino, fui gurí. Y la palabra fuí aún llevaba acento, según la Real Academia Española. Que excomulgó el acento de fuí. Que ya fué.
En la escuela esas palabras llevaban, entonces, acento.
Yo fui un pibe rosarino que jugaba a la pelota frente al monumento a la bandera. Y después un gurí entrerriano que rezaba a la virgen. Yo nunca fui argentino. Hasta la adolescencia.

Los argentinos, a menudo, expatriados que buscan un futuro personal mejor en los puertos, de Reconquista a Santa Fe, de San Juan a Córdoba, de Tucumán a Salta,  de Tierra del Fuego a Neuquén, de Santiago del Estero al boliche de Palermo donde toca el chamamecero ciego las coplas del olvido. Antes iba a la peña clandestina que estaba frente a casa. Después, echaron al chino K, que está a la vuelta ahora, demolieron la casona del Carapintada, que solía contratar pendejas de 15 años del conurbano como meseras, que se las cogía y echaba a la semana, mientras los santiagueños hijos naturales de la oligarquía provincial declaraban su melancolía a la guitarra y los baffles. No está, ya, esa peña clandestina. Escribo en una mac que no entiendo, los acentos a veces no me salen, pena y peña.

La Argentina es una posibilidad, no es un concluido del mapamundi.

Soy de los tiempos donde existía el globo terráqueo, que hacían traer de la biblioteca, para mostrarlo y enseñarnos que veníamos de los barcos y derivar, preciosuras de manchas, nuestros apellidos a un montón de pagarés lejanos y ausentes.
No había, en mi clase, hijos de negros. Hijos de indígenas. Ni hijos de puta.
Esta era del GPS es mejor. Sin dudas. Aunque a veces, como terror existencial, pienso la poética imposible de la desaparición del hombre, subsumido en las máquinas y fibras ópticas y óptimas de panópticas, viejos cagazos de la literatura de ciencia ficción, que han tenido demasiada ciencia y poca ficción.

Después, amanece. Con una tristeza infinita.
Un día más. Todavía. Con la épica torpe del amanecer.


La patria son los propietarios. Cuando se acercan al puerto son mas patria. Cuanto mas conocen Miami,  sus extranjerías de ocasión, de no lugar, mas patriotas son. Como posibilidad quedamos todo el resto. La Matria, la Patria y el Paria. 
Me encuentro asqueado. Del cigarrillo. De coger. De la noche. De los excesos. De los exagerados. De los postulados terminantes entre gentes que después se saludan, intercambian fama, arreglan difamas, difamaciones, manguean prestigio, patrullan al contado a quien le señalen como el próximo enemigo. Tengo un cansancio moral y pulmonar de la puta madre. Un ahogo parricida de mis propios mitos éticos. Tengo una necesidad de ruptura. Una vocación de andariego. De cruzar límites. De irme a la mierda. De repensar hasta la manera de prender la estufa. De encender la cocina. De quedarme, unos minutos, con el dedo índice, apretando el botón rojo del viejo calefón de mi casa en Paraná. Ustedes que son Miami, que son puro presente, ustedes que venden, si hace falta, hasta la madre por un favor en el repechaje del orgullo idiota, ustedes, ahora, ya, acá, pueden irse a la reverenda y suboficial mierda. Tengo ganas de mirar la lluvia. Deshacerme del balcón. Salvar un pajarito con las alas heridas, cosas cursis, pequeñas pero que me devuelvan un poco de patria, algún sentimiento, precario aunque sea, de pertenencia. Alguna raíz. Un apellido moral, Que me toque una parte. En esta noche desesperada donde me doy cuenta que me quedé sin nada.

Y me chupa un huevo.

La patria es otra cosa, un apellido literario.
Se sienten, los propietarios, argentinos, en una tierra extraña.
Nos odian.
Por provincianos.
Nos odian por que a nosotros, en el barrio, nos quieren.
Nos detestan, con rumores, por saber hacer literatura de nuestra única vocación sincera: ser atorrantes hasta el colmo de exigirle a dios, en el juicio final, un abogado pagado por el estado. Dada nuestra pobreza de espíritu. Por ser tan perdedores. Por estar colados, nosotros, de cabotaje, por estar colados en este mapa militar que representa su país, ese que miran, cuando lo miran, si el ministro de economía, por ejemplo, devalúa; ese país que nos pertenece a todos siempre y cuando yo trabaje para ustedes. O yo trabaje como quieren ustedes. O yo trabaje, según lo que ustedes consideren trabajo.
Váyanse a la mierda.
Antes de que yo entre en la chicanía de la renta y, al lado de su violento cuero rentístico, prestigiosa tasa de ganancia. Antes de eso. Visceral: váyanse a la mierda.


Hay una esquina, allá en Paraná, donde volví, después de haberle sido infiel y contado, por compulsión, adolescente (cuando las dudas desesperadas todavía tenían misterio donde hoy hay naftalina) donde volví con Isabel. Duró un día, creo, ese retorno, equivocado, al noviazgo nuestro. Tan imposible. Y tierno. Descubriendo los pliegues secretos del mundo y de la sexualidad. Es el casi único amor total que nunca me cogí. Lástima que la encontré, muchos años después, ya gobernaba el presidente Kirchner, ella vivía en Neuquén, era gorila, claro.  Y me hablaba desde lejos, aunque tenía, pegadas, las tetas que cuando la amé eternamente no le habían crecido. Al contrario. Eran una cereza de pezones rojos, no rojos intensos, sino el entremedio del rosado, se excitaba, como yo, desesperadamente, pero ella era señorita, yo no me daba cuenta. No tenía herramientas epistemológicas para saberlo. En esa esquina, se hizo la patria. La única patria por la que lucharía.
Aunque era tan lejana.
Tan distinta.
Se le había parado la nariz.
Tiempos que pasaron, ahora, naufragan por el imposible de los cielos. No puedo resignarme a que la historia de nuestro cuerpo se vaya agotando con su paulatina degradación.
Místicas viejas.
Es, en el fondo, deseable, que estemos lejos de ese tiempo transcurrido.
Supongo que mi compulsión a narrarlo es por que quiero, solamente, impedir que sea, que haya sido, en vano. Una manera de trascender la muerte, de a poquito, que es cada cumpleaños.

Dónde, si nosotros, nuestros antecesores, los que recordamos, porque nosotros inventamos la historia, todavía más heavy, inventamos la historia objetiva, dónde quedaría, perdido en la muerte tortuosa del olvido, donde quedaría este cielo sino existiera la fotografía, el cine o la literatura. En ninguna parte.

Es, acaso, pregunto, este cielo parte de la patria.
Me cuesta creerlo.

Probablemente este cielo, rojo furioso y con truenos y lluvias, sea solamente, la posibilidad de saber, eso que a veces olvidamos: estamos vivos. Y hay que hacer algo con eso. Con lo que han hecho de nosotros.


lunes, octubre 22, 2012

De acá a la China


La unidad de los Cacerolindos no parece amenazada, aún cuando, como es natural que decante, los medios de comunicación ultraopositores o ultraoficialistas, organicen el campo cognoscible, representativo, a travésde necesarias interpretaciones ortodoxas. Cuando muestren, para decirlo a la carta, caras, líderes, mensajes. Vayan sintetizando. Dándole jerarquías.
Son, estas, discusiones tan pre-kirchneristas que alimentan la tesis de una larga continuidad de la corriente de derecha que se expresó el 20 de dieciembre de 2001, tras el fracaso de su propio gobierno, la Alianza.
En 1999 había un clima raro. De hartazgo. Por razones raras. Que se expresaron en la profundización rabiosa del menemismo. Con los radicales. Y el Partido del Reciclado: los canallas del Frepaso. Los que viven sin pasado. Y a menudo tienen, caraduras, la máquina de inventar el pasado; es decir, el borrador del próximo engaño.
El Cacerolindo nació para morir en las vísperas y ser capturado por las relaciones de fuerza preexistentes. En el esquema mental del sujeto participante, autoconvocado, no hay nada fuera de los medios de comunicación y el poder ejecutivo. Son los únicos argentinos, no sólo por propietarios, sino también por portuarios. La Argentina es un puerto donde descendieron y cultivaron, naturalmente, con esfuerzo individual. La población mayoritaria que se esconde dentro del mapa militar no se siente más Argentina que sudamericana o americana, pero es muy difícil hacer entender esta obviedad. Muy aceitada. A contramano. Que prima en un conjunto más extenso que los activistas de la derecha, abarca a los llamados progresistas. Y prima ahí. En los interpretadores oficiales transversales al campo político, tampoco hay mucho después de los medios de comunicación.
Claro que la representación democrática de la que reniegan los medios de comunicación ultraopositores, haciendo de claque a una estrategia política hábilmente acertada por el kirchnerismo, han contagiado del espíritu anti-institucional a los participantes del Cacerolindo, lo que no equivale, sin más trámites, a representarlos. Pero sí a una necesaria familiaridad que, desinflado el fenómeno (cosa que no necesariamente vaya a ocurrir en el corto plazo) los unificará. No por amor, sí por espanto. El genio de las paradojas, Borges.
Y en vísperas del debilitamiento del monopolio que ejerce Clarín, lo que lo transformaría en otra cosa (el Grupo Económico concentrado más importante pero no un monopolio ilegal), las vísperas presentan la emergencia, más difusa y maleable aún, de un sujeto social de reemplazo del Grupo Clarín. Para seguir ninguneando al aparato político opositor. Al orgánico. Al único que puede darle cauce institucional a los desaforados tiernos y cándidos del Cacerolindo. Quienes, a su vez, se quedarían, así, al borde de la representación institucional. Negocio redondo para todas las partes en disputa, que se saldará, nunca definitivimanete, en las urnas.
Queda la aventura de algún manotazo al estado de derecho, como alternativa.
Mientras la democracia pueda contener esos arrebatos, se expresarán las relaciones de fuerza preexistentes o, mejor dicho, las reglas de juego prefijadas. Para la disputa. Por la apropiación social de la renta simbólica, maximalista expresión para encorsetar (después de todo de eso se trata el análisis político) a quienes exageran de acá a la China. De Mao.
Es, China al espejo, el lugar concreto donde los imaginarios cacerolos, poblados de grasadas estéticas de Miami, pueden concurrir. Para pensar un bosquejo de modelo de país. Dictadura del capital, venta de productos primarios, autoritarismo moral.
El cambio de metrópolis, en la configuración del capitalismo, siempre afectó, notablemente, la organización del capitalismo nacional. Y sus esquemas políticos.
Por que Argentina son los puertos.
Tal la inversión de términos que para narrar a los que se sienten argentinos hay que apelar a recorrer los puertos.

De España a Inglaterra. De Inglaterra a EEUU. De EEUU a la Guerra Fría (el mundo bipolar, con anclaje de contrapeso en la URSS). De la Guerra Fría a EEUU. De EEUU a España. De España a China.
Es decir, la Independencia, la primacía conservadora, la emergencia industrial,  la socialdemocracia, la reprimarización conservadora y el neoliberalismo. Para recalar en el "modelo" K.


No está del todo definido "el modelo". Es la distribución de renta de productos primarios exportables para subsidiar la industria, fortalecer el mercado interno con altas tasas de inflación, y la inclusión a ese mercado interno de millones de personas a partir del formalismo de un estado nación industrial.
Y el estado como salvataje de la mítica e inexistente "burguesía nacional".
Y muchos, pero muchos gritos.

Políticamente es inviable, al día de hoy, la propuesta de los Cacerolindos. Pero expresan a China, las posibilidades de la consolidación de un cambio de metrópolis, que demande granos y exija la compra de productos industriales, China. Abundancia de dólares. Para un 10% de la población.

Donde hay voluntad de condenar, las pruebas terminan apareciendo, decía Mao Tse Tung. Los cacerolos tendrán que remar mucho para ampliar el alcance de sus mensajes. Y cuanto más aumenten la condena moral y estética, cuanto más se radicalicen en la exageración, más se alejan de ese objetivo.

domingo, octubre 21, 2012

Binner, Clarín, Barletta y Bonfatti, salpicados por el narcotráfico



Hermes Binner, Clarín, Mario Barletta y Antonio Bonfatti, salpicados por el narcotráfico

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Lucas Carrasco. Periodista independiente.
¿Qué se esconde detrás de la fuga del jefe de la policía santafesina?, ¿quiénes podrían estar vinculados y cuál es el poder que gobernaría esas relaciones?  Algunas aproximaciones en esta nota de Lucas Carrasco para el Diario Crónica.
Por Lucas Carrasco
La orden de detención de Hugo Tognoli, ex jefe de lucha contra el narcotráfico del ex gobernadorHermes Binner y jefe de policía del actual gobernador Antonio Bonfatti por sus presuntos vínculos con el narcotráfico y la cobertura favorable del Grupo Clarín, sólo se puede explicar por la trama de negocios espurios que los unen. 

Una serie de notas en el semanario Miradas al Sur, firmadas por quien esto escribe, narraban los multimillonarios subsidios ocultos que el entonces gobernador Hermes Binner giraba a Expoagro, la empresa conjunta del Grupo Clarín y el diario ultraconservador La Nación. 

Expoagro factura cifras exorbitantes en la reunión donde tanto Binner como su delfín Bonfatti tienen trato preferencial para decir generalidades sobre “el campo”. Ahí concurren las grandes cerealeras multinacionales, la más rancia oligarquía, los políticos de la derecha y los grandes medios de comunicación para articular negocios y quienes, desde el estado, favorecerán esos negocios. 

Desde hace algunas semanas, la administración provincial escondió, perdió o no se sabe ni explica qué pasó con los decretos que giraban 4.200.000 pesos para Expoagro en 2008 y 4.230.000 en 2009, y desde entonces la cifra ha ido creciendo. 

En otra nota, para Diario Registrado, conté que el gobierno de Binner adjudicó en forma directa a AGL, una empresa conjunta de Clarín y Techint (ambas multinacionales comparten cartel en la presidencia y vice de la poderosa Asociación Empresaria Argentina), la confección e impresión de las boletas electorales para las elecciones santafesinas.

Además de ese negocio redondo, el gobierno radical-socialista de Santa Fe también mandó a confeccionar una serie de cuadernos de propaganda del gobierno a una imprenta de Clarín. 

La única vez que los supuestos enemigos Reutemann y Binner (cuando Binner asumió la gobernación le ofreció al peronista conservador un ministerio, que no aceptó) se vieron para una foto fue cuando los unió Héctor Magnetto, que presentó una imprenta en la ciudad de Santa Fe, capaz, según dijo, de imprimir diarios a una velocidad inédita y con tal capacidad que era la principal de Sudamérica. 

Meses después, el entonces enemigo de Clarín Hugo Moyano bloqueó por problemas sindicales la planta de impresión de Clarín en Buenos Aires, como parte de su pelea contra el gobierno y las instituciones, Magnetto ordenó que el diario no salga. 

Ningún miembro del gobierno provincial de Santa Fe abrió la boca para recordarle que, si quería que saliera el diario, podía hacerlo en la imprenta de avanzada que había inaugurado en Santa Fe, junto con su socio Gustavo Víttori, el entonces presidente de Adepa, y dueño del vespertino conservador El Litoral, que se manifiesta muy preocupado por la situación de las drogas en la capital provincial. 

Una fuente consultada para esta nota narró que fue detenido en Santa Fe tras haber comprado cocaína, actividad ilegal pero cuyo consumo personal no está penado, sino su comercialización. 

Personal de la Comisaría 1ª de Santa Fe lo detuvo, le sacó el dinero que tenía y, por tratarse de una suma que, capturada al azar, era importante (unos 3.000 pesos), fue llevado a la comisaría, a mediados de junio de este año, delante del comisario, quien le explicó que si realizaba la denuncia en Tribunales, iba a ser detenido pues estaba siendo filmado mientras compraba la droga. Le mostraron a tres chicos muy golpeados, que estaban en la misma situación de detención por consumo de drogas pero que “no tenían plata para aportar a la comisaría”, y luego lo liberaron. En la puerta, lo esperaba, riéndose, el narcotraficante que le había vendido. 

La anécdota sería una más si no fuese que había llegado hasta el narcotraficante a través de los cuidacoches de la puerta del edificio donde se encuentra el diario El Litoral.

Probablemente, si su actual obsesión por desligar del Frente Progresista al detenido funcionario del Frente Progresista Hugo Tognoli no los estuviera poniendo desesperados, podrían encontrarse con que la cobertura a una policía mafiosa no colabora en el objetivo que dicen defender de combate a las drogas, sino más bien lo contrario. 

Si las sospechas sobre el desvío de fondos del gobierno nacional para construir un monumento en la localidad santafesina de Alcorta al llamado Grito de Alcorta no pudieron ser publicadas en los medios provinciales, como El Litoral, que está asociado a Clarín en la planta impresora y cuyo dueño es consignatario de los privatizados puertos privados y oportuno dueño de los terrenos lindantes antes de que se revalorizaran, sólo se puede entender desde la perspectiva de que el monumento en cuestión fue adjudicado por la provincia al estudio de arquitectura de la esposa de Hermes Binner. 

El gobierno de Hermes Binner fue tan generoso con Clarín que gastó más en términos proporcionales que el gobierno nacional en publicidad, sin privarse de mostrarse preocupado por el gasto en publicidad si viene del gobierno nacional. 

El aumento, para financiar la aventura electoral del FAP con la candidatura presidencial de Binner, de un 70% del presupuesto publicitario, llevó a que el 0,35% del presupuesto tenga este fin, que supera ampliamente a lo gastado por el gobierno nacional, pero es menos en relación con la intendencia del moralista antidrogas Mario Barletta, actual presidente de la UCR a nivel nacional, quien ese año gastó el 0,77% en pos de su fracasada candidatura a gobernador. 

Según una nota del sitio Nestornautas, el gasto en publicidad de Binner significó proporcionalmente el triple que el “Fútbol para Todos”. 

El estudio de Jauchen y Asociados, que defiende al presunto narco Hugo Tognoli, quien se encuentra al cierre de esta nota prófugo y supuestamente siendo buscado por la misma policía que comandaba, está integrado, según informa cándidamente en su página de Internet, por el doctor Mario Martín Barletta, hijo del ex intendente de Santa Fe, integrante del Frente Progresista santafesino y presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical. 

El hijo homónimo de Barletta, de acuerdo al decreto 1.2030, cuya copia ilustra esta página, fue nombrado en abril de este año, cuando ya estaba comenzada, aunque no lo sabían en el ejecutivo provincial, la investigación sobre narcotráfico, al frente, ni más ni menos, del Ministerio de Acusación...Es decir, jefe de los fiscales y encargado de acusar a su cliente, el presunto narcotraficante, actualmente prófugo. El estudio jurídico del hijo del presidente argentino del radicalismo, del ministro encargado de acusar al jefe de Policía, es el encargado de su defensa. Tognoli tiene pedido de captura internacional, pues está prófugo. 

Según el diario El Litoral, el juez Carlos Vera Ramos solicitó el pedido de captura nacional e internacional contra el jefe prófugo, e informan de otra causa donde Tognoli ya declaró hace más de un año, aunque omiten por razones de negocios los datos que consigna esta nota de Crónica
Entre otras razones, por las vinculaciones del dueño del diario, socio de Clarín, con los puertos privatizados.

Actualmente, a Tognoli lo busca la policía nacional que se encarga de los aeropuertos, y supuestamente, la policía provincial, en las rutas donde desde el gobierno de Binner los peajes provinciales tienen carteles contra el gobierno nacional advirtiendo que no reciben subsidios. 

En el sitio Notife y el resto de los medios provinciales consignan que es el estudio jurídico Jauchen y Asociados, que integra el ministro de Acusación Mario Barletta, el que patrocina al prófugo.

En todos los medios se omite la vinculación de Barletta, o sea Bonfatti, con Tognoli, estando en los dos lados del mostrador. Una aberración escandalosa que sólo puede explicarse por la presión sobre los medios provinciales a través de la publicidad oficial y los negociados con los monopolios de cobertura nacional que están bajo la tutela del Grupo Clarín.

La relación turbia de Clarín con el gobierno de Santa Fe, que explica los silencios ante el grave episodio de narcotráfico que sacude al gobierno del Frente Progresista que integran el socialismo y el radicalismo, que a nivel nacional no se pudieron unir por la alianza de la UCR con De Narváez, está tan salpicada de irregularidades que, comentando las raras maniobras que el gobernador de Santa Fe y entonces candidato presidencial Hermes Binner hizo para adjudicar a Clarín y Techint la impresión ni más ni menos de las boletas electorales, fui testigo de las amenazas de muerte que le profirió a un diputado de su propio bloque el Ssecretario de Medios de Santa Fe, Rubén Galassi, también articulador con Clarín de la campaña presidencial del Frente Amplio Progresista. 

Invitado al programa de la Televisión Pública, “6,7,8”, el diputado provincial Marcelo Brignoni, electo por las filas del Frente Progresista de Binner, comentaba las implicancias de la impresión de estas boletas electorales en su provincia y las sospechas que despertaba. Estaba presente porque entonces trabajaba en ese programa para comentar los resultados electorales del año pasado. 

Terminado el programa, con Brignoni nos fuimos a cenar, ya que nos unía una relación de amigos en común y una cordialidad que excedía las ubicaciones ideológicas de cada uno. 

Durante la cena, me mostró consternado los mensajes de texto de Galassi tratándolo de “hijo de puta”, prometiéndole “te vamos a hacer mierda” y “te vamos a matar” 

El poder es impunidad, decía el entonces sospechado de vínculos con el narcotráfico, Alfredo Yabrán, quien tenía mucho poder, pero no cobertura de la prensa. Se terminó suicidando. 

La larga mano del narcotráfico necesita de silencios de la prensa dominante.

sábado, octubre 20, 2012

Amor en cuotas.



El plan de viviendas del gobierno nacional está utilizando, principalmente, terrenos militares, cedidos, en marañas jurídicas, a la secta vaticana y sus embajadores locales. El estado es, entre otras cosas también capa sobre capa de los grupos privilegiados. El Partido Militar, como el Partido Católico y el Partido Judicial, arrastran décadas sistemático copamiento y choreo del estado para garantizar sus privilegios. El kirchnerismo mete, por la misma inercia de la necesidad de organizar una sociedad más justa socialmente, la espátula de la gestión, con su ímpetu de imposibilidades, sobre estos tapiales de un estado podrido y aristocrático. La mera continuidad así entonces significa profundización del modelo. Con perdón de términos pauperizados como modelo, profundización (aunque ese término me gusta más: implica un horizonte, una ideología guía, un lugar, además, al que yo quiero ir) y la peor de todas, la que implica la derrota cultural profunda tras décadas y décadas: gestión.
No sé, maricones míos, estoy muy obvio.

¿Y Capriles, dónde está Capriles?
Hay un destino de Silvana Giúdice que propende en los grandes grupos económicos al uso y olvido, descartable, como un profiláctico usado por un correcto señor del opus dei. Una berreteada moral de hablar por boca de ganso del largo plazo y olvidar, a la vuelta de la esquina, las propias certezas. Y los hombres que, supuestamente, las encarnan.

Lorenzetti, electo por metodologías aristocráticas como gerente principal del Poder Tribunal, dice que el medievalismo que encarna está "unido". Da un poco de miedo ese integrismo jurídico.
Hay una deuda pendiente con la democracia.
Los que leen la biblia en latín se arrogan, además del privilegio de regularse los salarios (con la plata de los jubilados) y no pagar impuestos y potenciar la violencia de la sociedad, de darnos, últimamente, lecciones morales. Desde qué lugar, charlatantes. Bajen un cambio, que de la risa a la bronca hay un paso.

De las trampas del lenguaje y sus, apenas ocultos, pliegos del lenguaje, los tiempos movidos y alegres de la historia dan las condiciones de posibilidad para el deschave de las implicancias, en el terreno operativo de lo social que es la desigualdad, para comprender las dinámicas que propenden. ¿Habrá los escritores que este tiempo requiere con la densidad y audacia conceptual a la altura de la circunstancia?

En el continente americano, la indigencia más baja está en Canadá, luego en Argentina. Pero son estadísticas. Hay mucha gente durmiendo en la calle, de acuerdo a parámetros humanistas, registros sensibles, no matemáticas. Sin restar méritos, sino empujando a las corrientes de pensamiento que razonan que en cada persona que duerme en la calle hay una deuda moral impostergable.

Macri inauguró un garage para bicicletas.
No sé, quería contarlo, ja.
Un garage para bicicletas.
Es eso. Un garage para bicicletas.
Dios, si existieras, dios mío.
Un garage para bicicletas, qué ocurrencia. Un garage para bicicletas. Ay. Cuánta vocación, municipal, para el ridículo. Para el gigantesco minimalismo del ridículo.








viernes, octubre 19, 2012

Convocatoria Neonazi

Los cándidos (no por brutos y amateurs dejan de ser violentos) convocantes al Cacerolindo hacen circular este mail, cuya supuesta autora se autollena de títulos que, ay, mamita, no ocultan el objetivo del Partido Clarín: si el otro es el "fundamentalista" que va a hacerte todo lo que acá enumeran, cualquier acción para derrocar esta "dictadura fundamentalista" es válida. Hay que tener cuidado con los cándidos neonazis.
La diatriba es textual, sólo el subrayado es mío.



TÓMENSE UNOS MINUTOS, LÉANLO Y REFLEXIONEN
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Cómo alertar?   septiembre 3, 2012
 
Alesia Miguens
Dra. C. Política y R. Internacionales
Especialista en Conflictos Religiosos,
Medio Oriente, Terrorismo, Fundamentalismo,
Geopolítica y Estrategia.

alesmiguens@gmail.com


¿Cómo alertar que no piensan irse nunca más, ni perdiendo las elecciones?
¡Dios!, ¿cómo alertar que estamos frente a una fundamentalista ?!!!
 
Me he dedicado a los problemas de fundamentalismo por 20 años, pero jamás pensé que lo encontraría en Mi País.
La gente en estas latitudes no conoce y menos comprende de qué se trata el fundamentalismo.
El fundamentalismo es conocido como religioso, pero no es el único; lo encontramos en ámbitos políticos, económicos y culturales.
Los fundamentalistas aspiran sobre todo a una cosa: ‘el poder absoluto, político, social y económico’.
Sea cual sea el Fundamentalismo antes que nada es “un estado mental”.
Veamos si les suena:
El fundamentalismo se basa en la INFALIBILIDAD o palabra santa, rencor, odio y respeto irrestricto que busca extender a toda la sociedad.
El fundamentalista tiene una “visión exclusiva de la verdad” ,es un ‘fanático’ que exige ‘obediencia ciega’ y considera a todo aquel fuera del círculo, como ‘enemigo’.
El fundamentalista es un intransigente, la opinión, modo de vida, cultura y razones de los demás lo tienen sin cuidado.
El fundamentalista no razona, no dialoga y menos negocia!
Cualquier negociación es inadmisible, es una muestra de debilidad inaceptable.
El fundamentalista tiene horror del pluralismo
Cuando un postulado se torna incuestionable, pasa a ser totalitario aunque sea dogmático. El fundamentalista es totalitario.
El fundamentalista es intolerante y antidemocrático.
Sienten aversión por las premisas democráticas tales como la pluralidad, los valores de libertad personal, la tolerancia y los derechos individuales.
Uno de sus principales objetivos es separar antagónicamente a población en dos categorías excluyentes. practican la intimidación y el gansterismo.
Su base ideológica y sus métodos son “fascistas” demagógicos y populistas. La cuestión es imponer su verdad a cualquier precio.
Utilizan la retórica anticapitalista, consignas clasistas y por supuesto la infaltable verborrea “antiimperialista”.
Explotan la sensación de dominación extranjera, ofreciendo una solución sencilla y nacional: el aparato estatal.
Su arma es ‘‘el adoctrinamiento’’, instala la fe ciega y cegadora, una lealtad inquebrantable al líder absoluto y único que hay que proclamar, defender, implantar y proteger a toda costa.
El fundamentalista es un ‘sociópata’ sin la menor empatía.
El fundamentalismo es la Edad Media de la Razón, y allí nos lleva.
Promete paraísos perdidos. Proclaman volver a la interpretación “verdadera” de un pasado que estuvo siempre allí esperando ser redescubierto y valorado.
Es providencialista; de hecho, la clave del activismo es el ‘anatema’ o declaración de impío por el que se declara a una persona ‘falso creyente’ o falso kirchnerista.
Los fundamentalistas son feroces guerreros, tanto con los ‘enemigos’, como con quienes dentro de su propia comunidad dudan. Para ellos el mundo es un campo de batalla entre su absoluto y los demás. No retrocede jamás ni perdona una deslealtad.
Los ‘Infieles’ que se atrevan a enfrentarlo pasaran por diversas calamidades: escraches, denuncias y repudio público (y/o por cadena nacional semejantes a lapidaciones), implantación de sospechas en la opinión pública, creación de causas, persecución por todos los medios, prisión, torturas, desapariciones y, por supuesto, la confiscación de sus bienes.
Su máxima es ‘el fin justifica los medios’; cualquier horror será siempre justificado.
Son grandes manipuladores del discurso, los prejuicios, la discriminación, el miedo, la victimización y la mentira.
Dominan todo sector de poder. Uno de sus preferidos es el de las drogas, la delincuencia y corrupción generalizada, convirtiéndolos en verdaderos conglomerados mafiosos.
El aumento de la miseria social y el desempleo les da la posibilidad de reclutar amplias capas de jóvenes bajo su control y llevarlos a organizarse en base a la agitación diaria, el aumento de la criminalidad, el robo, las drogas, violaciones, asesinatos, secuestros, manifestaciones, revueltas, tomas, etc., y la participación en estas organizaciones les da acceso a armas, arsenales y entrenamiento.
El uso de técnicas y medios audiovisuales son parte indispensable en la maquinaria propagandística de los partidos fundamentalistas.
He tratado desde hace años de advertir por todos los medios a mi alcance el peligro que eso significaba. Me han dicho: “exagerada, eso jamás pasará acá, no se atreverán, no lo permitiremos etc…” . Recuerdo haber avisado también que estábamos no en una ‘batalla cultural’, sino en “una guerra de secesión ideológica”. Me preguntaron si el café lo tomaba con azúcar o sacarina… ¡Dios! ¿Qué hacer?
He avisado sobre los grupos armados y entrenados que tienen desde ya hace mucho, sobre el contrabando de armas desde Venezuela y Bolivia, sobre la conexión Iraní de D’Elía y los comandos paramilitares de Milagro Sala.
Ya salió a la luz Vatayón Militante... ¡y habrá más!
"La Cámpora" ha infectado el país, las empresas, las escuelas… y van por más.
¡Y la Tupac de Milagro Sala instaló un gobierno paralelo hace rato, sin que nadie o muy pocos se escandalizaran!
Y VAN POR MÁS… ¡VAN POR TODO!
“VAMOS POR TODO, POR TODO” significa = ¡¡¡ TODO !!!
¿Qué parte NO SE ENTIENDE ?!!
VAMOS X TODO significa:
VAMOS por VOS,
por tu libertad
y la de tus hijos,
por tu dignidad
y la de tus hijos,
VAMOS hasta por decirte qué deberás comer y darle a tus hijos, dónde veranear y qué pensar,
¡Y VAMOS por TUS BIENES TAMBIÉN !!! ...cuándo y cómo se nos de la gana!
TODO ES “TODO” y en la mentalidad de un/a fundamentalista, todo es mucho más !!!
Políticamente significa:
“QUE NO NOS VAMOS A IR, NI EN LA EVENTUALIDAD DE PERDER LAS ELECCIONES !!!…” ¿Se entiende?
Por las buenas, con votos clientelistas, fraude, extranjeros, enfermos psiquiátricos, muertos, cambiando las leyes electorales, la publicidad, la Constitución...TODO. 

O por las malas: llega a ganar las elecciones alguien más y prepárense porque correrá sangre…
Todavía no me creen… De seguir así... ¡ya lo verán!
¡Basta de abstracciones! ¡Ésta es la realidad que enfrentamos!
Y la enfrentamos, la enfrentemos o no !
Esto no es un “concepto abstracto”.
No vamos hacia Venezuela... ¡YA ESTAMOS!
Y pongo mis 20 años de profesional en juego, para asegurarte que no piensan irse más...¡ni perdiendo las elecciones!
¿Se ENTIENDE LO QUE SIGNIFICA?
Y seguimos padeciendo “dirigentes de la oposición” y los “habitantes” declamar:
“Fulano es el límite…”
Eso es, de mínima, ¡COLABORACIONISMO!
Sépanlo de una vez y a ¡HACERSE CARGO!
¡El único límite ‘‘deben’’ ser los K !!!
O es la muerte de lo que queda de la República y de muchos de los disidentes que ya comenzaran a ir presos.
Todo está perfectamente planeado y premeditado.
El desastre económico,
El vaciamiento del Banco Central,
La inflación,
La desocupación,
La inseguridad,
La criminalidad,
El caos,
La cooptación de la educación,
de la Justicia,
de los medios,
de los sindicatos,
Los grupos armados,
La droga,
La delación,
La victimización,
La Reforma de la Constitución,
¡TODO es Deliberado y Premeditado!
Y mientras los cráneos declaman: “No vamos a ir de cualquier manera…, ni con cualquiera…, Fulano es el límite…, etc., ellos avanzan encantados.
Es difícil asumir que hay que hacer frente a lo irremediable, ¿verdad?
Pero si no lo hacemos YA…
Prepárense para lo que van a hacer cuando obliguen a tus hijos en el colegio a decir “¡Heil, mi generala!”
Cuando tu vecino te delate por anti KK.
Cuando te ocupen los cuartos vacíos de tu casa.
Cuando eso no les alcance y te saquen la casa.
Primero la segunda, después donde vivís, porque es muy grande para vos, porque está donde a ellos les gusta, o porque se les canta.
Para cuando te expropien tu campo, tu negocio, tu empresa, todo y se lo den a alguno de "La Cámpora" o de la "Tupac ".
Ya no podés viajar, ni veranear donde querés en paz.
¡Y vas a tener que pedir permiso para salir, sabelo!
Tenés a la AFIG-tapo atrás si te movés de más.
No podés comprar dólares, ni vender tu casa, ni comprar, ni ahorrar.
Prepárate para cuando no puedas conservar o conseguir trabajo si no sos de La Cámpora, del Vatayón, de la Tupac, o de algo más.
Es increíble que a pesar de la impunidad con la que hacen todo, aún crean que se irán tranquilamente si se les gana una elección…
¿Aún pensás que exagero? ¡Ya verás!
Ahora, ¿qué hacemos? ¿Cómo se combate el fundamentalismo?

Primero es necesario eliminar las causas que lo favorecen, desarrollando al máximo la unión y la tolerancia.
‘‘Dejar pasar’’ o ‘‘minimizar’’ actitudes totalitarias, fascistas, fundamentalistas, ‘‘constituye el más grave error que se pueda cometer’’!
Es imprescindible desenmascarar cada manipulación, actitud, acto y exceso que se cometa.
Decirlo claro para que el entendimiento de muchos, confundido y debilitado lo pueda ver y el mundo también.
No tratar de justificar ‘‘lo inaceptable’’.
Tenemos que entender que el problema no es sólo el kkismo, sino sobre todo nuestra propia rigidez mental.
Estamos frente a algo que no entendemos, ni sabemos cómo manejar y nos resistimos a modificar nuestra visión de la realidad y por ende, nuestro sistema de alianzas.
¿Cuándo se debe tolerar algo? Siempre que de NO hacerlo sea peor el remedio que la enfermedad’’.
Esto no es un problema de si estás o no de acuerdo con un partido o una política, el problema aquí es otro y requiere cirugía mayor.
Hay que definir claramente las prioridades y optar resueltamente por la unidad.
¡Debemos ponernos a la altura de la situación!
Si no, se termina tolerando la intolerancia y se es intolerante con quien deberíamos ser tolerantes.
Porque hoy hay sólo dos lados: ¡o estás con ellos o defendés la libertad!
La cuestión se reduce a: “¿queremos un país fundamentalista sin libertades ni derechos individuales o salvaremos juntos la democracia?”
Porque, como dijo Einstein: “Aquellos que tienen el privilegio de saber... tienen obligación de actuar”.
A ver si lo digo claro:
Me temo que, de no tomar conciencia de ésto en forma inminente, este proceso entrará en una LARGA, PERO...¡ATRAPANTE ! etapa irreversible…
Que nuestros hijos no tengan que avergonzarse de nosotros que, habiendo podido tanto, nos atrevimos a tan poco.
¡Dios nos ampare!

 

Alesia Miguens
Dra. C. Política y R. Internacionales
Especialista en Conflictos Religiosos,
Medio Oriente, Terrorismo, Fundamentalismo,
Geopolítica y Estrategia.

alesmiguens@gmail.com

 

 

¡ESTO ESTA PASANDO AQUÍ, EN ARGENTINA!!!! ..EN CÓRDOBA, BUENOS AIRES, SAN JUAN, MENDOZA EN EL SUR Y EN CADA LUGAR DONDE HAY GENTE QUE PIENSA Y VÉ LO QUE SE NOS VIENE!!!! 
¡¡¡¡TODOS TODOS,TODOS JUNTOS. TENEMOS QUE UNIRNOS!!!!
¿LEYERON SOBRE ESTRATEGIAS DE MANIPULACION DE MASAS??..HÁGANLO Y VERÁN POR UDS MISMOS...
 


Morir en las vísperas

La frase "nadie muere en las vísperas" tiene su verdad ontológica. Lo muerto, en tanto el tiempo que no trasciende continúa, no hay para lo muerto posibilidad de vísperas.

Pero sí puede permutarse -o sea, en rigor, morir o por lo menos morir en parte- y permanecer. Sólo se puede permanecer a través de la permutación.

Demasiado complicado. La puta madre.
Ha muerto la candidez, la inocencia, la puerilidad de nuestra extrema derecha, taaaaann libertaria que da sospecha.

El 8 de noviembre, en el Cacerolindo que están convocando desde la extrema derecha (pero desde el anonimato de internet, donde las ideas más brutales pueden expresarse con amor y sin abogados molestos) en el medio de un clima turbio donde nadie desconoce que está, esperando capitalizarlo, el Partido Clarín. Esa prestigiosa mafia.
Ha muerto en las vísperas del próximo, no el último del año (van a convocar otro para el 7 de diciembre), Cacerolindo, la candidez y la inocencia. Están las cosas claras. Se sabe.
El escenario que se abre es complejo.
Por que los Cacerolindos, por que el Partido Clarín, no juega con la ley, al contrario, la esquiva: se masturba con el morbo idiota de transgredir el estado de derecho.

A veces, concurren a un número del calendario, la condensación de las relaciones de fuerzas. Aunque nada suceda, hipotéticamente, el 7 de diciembre, las expectativas desatadas, en estos tiernos microclimas, van a redefinir las relaciones de fuerza.
Con lo cual, se trata de homogeneizar, en lo posible, contener, contender, el campo de articulación propia.
Nada más, mis amores.

lunes, octubre 15, 2012

Invitación al abismo

La Agencia Paco Urondo le hizo un imperdible reportaje a Martín Rodríguez, que acaba de editar (en el experimento editorial de Sebastián Morfes) un nuevo libro de poemas, el octavo, titulado, ja, genial: MINISTERIO DE DESARROLLO SOCIAL.
La entrevista, advertimos, no es para maricones.



Su octavo libro de poesía, y el primero en publicarse en formato digital, se inscribe dentro de una tradición literaria de larga data que sin embargo hoy no es dominante: la escritura que vincula poesía y política (Descargá el libro aquí).
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APU (Por Soledad Guarnaccia): ¿Cómo surgió Ministerio de Desarrollo Social? ¿Cómo fue el proceso de escritura del libro y con qué materiales trabajaste?
Martín Rodríguez (MR): Yo tenía escritos algunos poemas –ponele- de temática política que armaban una serie pero la cosa no terminaba de armarse y dejé descansar los textos y en un momento me apareció como referencia el Ministerio de Desarrollo Social, un gran paraguas bajo el cual trabajar un montón de cosas que a mí me interesaba pensar y escribir. Digamos que en un momento encontré el paraguas negro del Ministerio de Desarrollo Social que, en el fondo, ponía en juego un saldo de mi experiencia adentro del Estado. Tuve la oportunidad de conocer la experiencia militante en un sentido más llano y la experiencia estatal. 
APU: ¿Y cómo pensás que este libro plantea el vínculo entre la poesía y la política?

MR: Es la primera vez que me lo planteé de este modo: si había algo político para decir después la poesía se encargaría de cómo decirlo. En el momento de composición fue clave la pregunta “¿tengo algo para decir de la política?”. Y esta vez alcancé el modo instrumental que tenía la poesía para decir lo que yo quería decir sobre la política y sobre el Estado. En este sentido para mí este libro fue revelador: por primera vez la estética no dominaba, no fue una búsqueda de un ideal estético sino que fue la búsqueda de un mensaje político. Por supuesto no me refiero a un mensaje político colectivo, ni un mensaje al pueblo ni nada parecido sino a una reflexión política que yo estaba en condiciones de hacer y el lenguaje poético permite cierta maleabilidad que a mi me mejoraba las condiciones para hacerlo.

APU: ¿Y qué te parece que dice poéticamente este libro?

MR: Claro es difícil porque yo te digo esto y enseguida tendría que aparecer un mensaje evangelizador... Hubo algo que a mí me resultó conflictivo. Casi todas mis experiencias de los últimos siete años fueron de trabajo con población vulnerable dentro del Estado. Entonces, me interesaba saber qué me quedaba a mí de esa relación “Estado-pobreza” mediada por una voluntad militante que muchas veces es la que mueve al Estado. Diría que aprendí muchas cosas. Aprendí que el Estado no tiene inercia en esas áreas, una gran parte depende de la voluntad. También aprendí – brutalmente- que quienes se dedican a la pobreza también se dedican a reproducir las condiciones de la pobreza. Lo menos moderno que me tocó vivir del kirchnerismo y de esta etapa fue el trabajo con los más pobres. Además, es un trabajo cuerpo a cuerpo, porque es un Ministerio que tiene territorialidad, esto significa llegar a la familia, a la mujer, al hombre, al chico. Entonces, descubrí que detrás de ese discurso de la “seguridad social” hay un discurso conservador que es y no es consciente. Y cuando digo conservador quiero decir conservacionista de las condiciones de pobreza. Por otra parte, es un Ministerio que intenta reconstruir lo que la economía destruyó. Tiene un ideal de reproducción de la vida comunitaria y social por afuera de la economía, cosa que para mí es imposible. Si uno se lo plantea desde un concepto moderno es un Ministerio cuyo fin debe ser su extinción. No es como el Ministerio de Trabajo, que en un país capitalista deberá siempre existir para actuar en la regulación de las relaciones del capital y el trabajo, o los ministerios de Salud o Educación. Este es un Ministerio que uno intuye que tiene que desaparecer porque todo su aparato asistencial es una cobertura “hasta que”, hasta que la gente solucione su situación por sus propios medios. Y el ideal moderno y liberal al que yo suscribo apunta a que la gente solucione su situación por sus propios medios. No estoy hablando de crítica al clientelismo, de hecho eso no está planteado en el libro. El ideal de soberanía política comprende la soberanía de las personas con sus propios recursos, entonces ahí veo que el Ministerio es un gran aparato que se constituye a partir de aquello que el mercado y la economía no pudieron hacer. Es decir, el Estado artificialmente puede hacer lo que el mercado y la economía no pueden hacer y eso se puede llamar “economía social”, se puede llamar de muchas maneras, y para mí eso es un problema. Además, ése fue el Ministerio que, en términos concretos, significó retrasar la llegada de la Asignación Universal por Hijo. La objetaba. Cuando vos decís “nuestra empresa es la reconstrucción del país”, si asumimos la dimensión trágica de un país que estaba destruido y hubo que reconstruirlo, parte de esa tarea de reconstrucción debería significar pasar en limpio derechos universales. A mi me parece que en el tema de derechos universales se trabajó menos, no hubo una recomposición de los sistemas de salud y educación que haya involucrado la misma inversión de energía que determinadas políticas asistenciales, siempre focalizadas. Y la Asignación Universal por Hijo, que les pisaba el poncho a todas esas políticas sociales, era para mucha gente de ese Ministerio una política liberal. El otro punto es lo que podríamos llamar la “fiesta de la pobreza”, para mí eso es peronismo malentendido: me refiero a las trabajadoras sociales que van cantando al barrio y son felices en el barrio y entonces comen choripán con los pobres. El peronismo es modernidad, no conservadurismo social. Es productor de movilidades. 
APU: Del trabajador social se dicen muchas cosas en el libro. Por ejemplo que tiene una heladera Siam Di Tela y un auto Valiant, objetos que a mi se me presentan como “fierros” del pasado, y a su vez hacia el final del libro hay unos versos muy fuertes que resumen un poco la perspectiva que aborda el libro: “todo trabajador social mora en la tierra de su mente/ Y negocia con el mundo de afuera los arreglos para dormir en paz” ¿De dónde sacaste esas ideas?

MR: Mi mujer es trabajadora social. Pero ella no ama la pobreza, en todo caso quiere a la gente. No dice “voy al barrio y me siento bien”. El trabajo social no tiene que servir para la conciencia de los trabajadores sociales, tiene que servir para la solución de los problemas de la gente. Mi mujer tiene muy claro eso y no hace esa especie de populismo tonto y esotérico que ve en el pobre la reserva moral y primitiva de una sociedad solidaria. En tal caso se trata de un trabajo para confirmar públicamente que la pobreza está mal, que es una condición cualitativa y cuantitativa.

APU: ¿De ahí viene ese verso que dice que el Ministerio de Desarrollo Social es “una solución visual para los problemas laicos”?

MR: Claro, esa figura de los trabajadores sociales en algún punto es también la solidificación del militante. El militante político, el militante social, que va el sábado al barrio y hace la colecta y la olla popular, la copa de leche y el apoyo escolar. El Estado kirchnerista toma ese insumo social, hay un montón de militantes incorporados a la estructura del Estado y dispuestos a reproducir esas prácticas militantes desde el Estado. Seguramente las voluntades de los militantes de ese tipo son más dinámicas que las voluntades de un trabajador de planta que está acostumbrado a ver pasar las gestiones, “pasan los gobiernos, quedan los artistas” como dice Enrique Pinti.

APU: La tapa del libro es muy buena y a la vez es muy fuerte, un rosario negro abajo del título ¿Fue una idea tuya?

MR: No, del editor, Sebastián Morfes que es un genio, es un poeta buenísimo de Bahía Blanca [ver nota aparte]. Él impulsa esta editorial después de años donde los libros de poesía tienen siempre un montón de ceremonias, la edición, la presentación, en un espacio donde hay muchos caciques y pocos indios No hay lectores que no sean poetas. Él creó esta forma virtual y accesible.

APU: En el libro hay una expresión que para mi es un poco problemática y es aquella que expresa el vínculo del Estado con el individuo en términos de “violación imperceptible” o “copulación silenciosa”

MR: Bueno… ahí quizás se me va la mano.

APU: Esos versos están referidos al “albino”, otro gran personaje del libro que venís trabajando desde libros anteriores a Ministerio. Del “albino”, justamente, se dice que es nacido de esa “violación imperceptible” o “copulación silenciosa” del Estado con el individuo.

MR: Bueno, no es una violación literal. Lo que pasa es que para mí nosotros vivimos en un país de una tradición estatal enorme, casi que teníamos Estado antes de tener pueblo. En ese sentido el Estado produce ciudadanía, produce imagen y semejanza. Ese fue el intento de las minorías o las elites del siglo XIX, producir un tipo de ciudadanía. La mitad de la obra de Alberdi y Sarmiento es una carajeada contra la mierda que nos tocó, la esperanza en la inmigración es como decir “cambiame la carne argentina que es una garcha”. Pero la idea de modelar una ciudadanía también está presente en el Estado popular. En este sentido veo una línea de continuidad, una gran tradición que une a Perón con Roca, incluso a Roca con Rosas. Y esto también está presente pero con un peligro, porque es un discurso social y comunitarista que empobrece lo político. Supongo que los acuerdos, los contratos que firma cualquier ciudadano con el Estado son siempre un poco oscuros, un poco violatorios de algo. Ya desde la escolaridad de una persona hay tramas medio oscuras…

APU: A mi me parece que esa figura o imagen de la violación, que por supuesto no es literal, para caracterizar el vínculo del Estado con el individuo está bastante extendida sobre todo en ciertos sectores de la sociedad. Imagino que la clase media que actualmente se manifiesta contra el gobierno entiende de ese modo, por ejemplo, el pago de impuestos.

MR: Está bien, yo no pensé en eso, pero bueno, insisto: la imagen proyecta al Ministerio como el gran Estado conservador, en el sentido de conservación de clases sociales, aunque también como administrador de una justicia social, en tanto reparto de proteínas y recursos. Mitad pescado y mitad caña de pescar reparte, ya que rige una apuesta a “lo productivo”, al cooperativismo, a una economía social siempre débil, con respirador artificial. Es un Ministerio que, estando peleado con la economía, imagina construir una ciudadanía justicialista enemiga de la restitución de la gente al mercado laboral. Esa especie de ilusión del movimiento social es parte de una ideología del kirchnerismo y un elemento conservador del kirchnerismo. Por algo el kirchnerismo nunca pudo constituir una relación con el sindicalismo y sí lo hizo con los movimientos sociales. A los movimientos sociales terminó capturándolos prácticamente a todos porque les dio espacios y contención social. Lo que no pudo tener el kirchnerismo fue habilidad para introducirse en el conflicto más nuclear que es el del capital y el trabajo. El kirchnerismo ahora dice “Moyano es un burócrata” que representa a los que laburan y lo acusan de no darse cuenta de que este Estado es de los más pobres. Hay más discurso para el “último”, el más pobre de todos, el que va al final de la fila, que para el asalariado formal, alguien que sufre inflación y presión tributaria. Y como si fuera poco, además las centrales sindicales, sobre todo la CGT, serían culpables de no haber tenido nunca una política para los trabajadores informales. Bueno, es más responsable el Estado que la central sindical. ¿Qué política puede tener un sindicato con respecto a eso? ¿Tomar las fábricas para que tomen más gente? Algunos sindicatos tienen proyectos al respecto, Facundo Moyano tiene un proyecto contra las tercerizaciones. Pero volviendo: supongo que quise dar cuenta de la paradoja del lugar donde estaba parado: que en el momento que creés darle la mano a alguien para liberarlo, en realidad también lo estás sujetando.

Y otra idea que para mí era importante es la ideología de Estado que genera el Ministerio. Es una ideología donde no existe lo público, existe lo estatal. Es decir, lo estatal cubre lo público. Y ahí también encuentro un problema porque después el mercado es más hábil para ocupar lo público. El kirchnerismo no distingue tanto lo público y avanza en un sentido roquista, Néstor es una figura así, su impronta era la ocupación del espacio público en forma de restitución y absorción del Estado. Seguramente, Néstor hizo mucho menos de lo que quiso hacer en términos de obras pero imaginó su gestión como avanzada sobre un desierto arrasado. Me gusta esto, me sigue pareciendo una figura tremenda la de Néstor, un político cargado de intuiciones, un político del “gesto”. Cristina te explica el “después del gesto”, pero no te hace el gesto. En cambio Néstor hacía el gesto, él dijo “bajen los cuadros” y punto. Cristina te habla sobre la línea de tiempo, está antes y después del “gesto”. Néstor dijo simplemente “bájenlos” porque él tenía tres palabras para explicar eso. Fue el hombre de las doscientas palabras, como decía Carrió con intenciones tontas.

Para mí hay una complejidad más en la cuestión de la diferencia entre lo público y lo estatal, porque es un desafío que, aun siendo tan popular, el peronismo nunca supo romper. Creo que en torno a esta cuestión hubo dos cosas que se hicieron bien: Tecnópolis y el Bicentenario. Hiciste algo y te quedaste ahí, la gente lo tenía que llenar. Es decir, la gente lo convierte en algo público.

APU: En este marco me gusta un poco más esa duda que planteabas sobre el vínculo del Estado y el individuo y que en el libro se expresa como violación. Me parece más interesante el planteo en términos de poner a trabajar una duda sobre ese vínculo en función de la construcción de lo público.

MR: En general ese agente estatal, el operador territorial del Estado, ve algo público e imagina el Estado dándole volumen. Por eso le cuesta tanto al Estado pasar en limpio qué es la nueva Ley de Medios, cómo se organiza ese nuevo espacio que se imagina desmonopolizado. Y bueno ahí aparecen un montón de cuestiones y problemas. Por un lado, no tenés ninguna idea de mercado. La Ley de Medios es una ley anticapitalista, es una ley que no tiene en cuenta el negocio, es como un plan quinquenal en el vacío. O sea parece un diagnóstico voluntarista del mercado y de la sociedad que sirvió al menos para algo fundamental: descentrar el sistema de medios monopolizado por el grupo Clarín.
Su octavo libro de poesía, y el primero en publicarse en formato digital, se inscribe dentro de una tradición literaria de larga data que sin embargo hoy no es dominante: la escritura que vincula poesía y política.
 
altAPU (Por Soledad Guarnaccia): En Ministerio de Desarrollo Social están muy presentes las tradiciones del Ministerio ligadas al cristianismo y al control social pero, sorprendentemente para mí, está ausente la tradición más evitista. ¿Por qué esta selección?

Martín Rodríguez: ¿Y cuál sería la tradición más evitista?

APU: Bueno, el edificio del Ministerio tiene actualmente en sus muros dos imágenes de Eva Perón y hay todo un legado inspirado en el trabajo de la Fundación Evita. Esa tradición podría resumirse con una frase famosa del General Perón que dice que mientras él se ocupaba de agrandar la casa, Evita se ocupaba de abrigar a los que todavía estaban afuera. Esa podría ser una imagen pero lo relevante, me parece, es que esa es una idea muy potente para el trabajo en el Ministerio, al menos yo la percibo así, y en el libro no encontré la figura de Evita y me llamó la atención esa ausencia. ¿Fue deliberada?

MR: Yo no soy tan evitista.

APU: ¿No?

MR: No, si tengo que optar entre Perón y Evita, opto por Perón.

APU: Pero ese es un falso dilema ¿no? Evita optaba por Perón siempre…

MR: Está bien, está bien...

APU: ¿Quizás te moleste, como a muchos peronistas, la apropiación de Evita por parte del montonerismo?

MR: En este sentido hay dos cuestiones. Evita aparece como la Evita montonera que se contrapone a un Perón conservador y después también aparece como el hada buena de tipo socialcristiano que hay que rescatar. Como lo que intentó hacer Chiche Duhalde en los años noventa. Intentaron rescatar de nuevo el afecto social del peronismo que en el menemismo había sido olvidado. O sea que en ese momento estaba bien lo que planteaba Chiche Duhalde, a pesar que terminó siendo un evitismo pasteurizado. A mí nunca me atrajo demasiado la figura de Evita porque no me atraen las figuras sin contradicciones, como tampoco me atrae el Che Guevara. Salvo cuando alguien te presenta al personaje en su dimensión dilemática o trágica, pero en general te los presentan como un tren bala hacia el mito y el destino. ¿Cuál era la tentación de Evita? Yo quiero conocer esa Evita. No niego la potencia revolucionaria que puede tener, no la niego para nada, soy peronista pero no me engancho por ahí. Y además me parece que ese Ministerio y esa época también están atravesados por López Rega ¿no?

APU: En el libro sí, de hecho el primer capítulo se llama Bienestar Social.

MR: Claro, lo otro está muy presente, parece que el gran Daniel Santoro todos los días le pasa el rodillo al Ministerio. Pero hay todavía gente que trabajó en la época de López Rega … Cuando yo trabajé en la Municipalidad había tipos que hablaban de Cacciatore. “El petiso era un fenómeno”, te decía un delegado veterano de SUTECBA. Yo entendía entonces que la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires tiene su caudillo histórico que es Cacciatore, y este Ministerio tuvo su caudillo oscuro, con toda su impronta también salvadora, que fue López Rega.

APU: ¿Y Carlos Monzón? Él también es un personaje presente en Ministerio que viene de otros libros tuyos.

MR: Para mí es el estereotipo del negro argentino. A mí me interesaba pensar todas las formas de celebración de la pobreza, todos los estereotipos de celebración del mundo popular porque este Ministerio está teñido por una perspectiva de clase media. Además la gente de clase media quiere desplazarse, en general nosotros pertenecemos a un sector que es inestable y no quiere a su propia clase. Eso también es parte de la pelea discursiva que para mí está presente en esto de decir “voy al barrio no para llevar el mensaje de modernidad a la que pertenezco sino para decir que la verdad está acá abajo”. Creo que ése es otro problema que además es contrario al ideal moderno del peronismo, es decir, contrario a la movilidad social. El discurso de reivindicación de los pobres que actualmente se pone en juego en la confrontación con los cacerolazos corre el riesgo de contraponer “por izquierda” un conservadurismo mayor. Esa especie de opción por los pobres cuando ya sos el Estado y ese discurso anti clase media terminan en una negación del ideal de movilidad social. Uno podría pensar, sin que se ajuste a una verdad empírica pero que se aproxima a una verdad, que gran parte de la clase media de hoy fue la clase obrera de ayer y que los grandes procesos de desarrollo social producen clase media.

APU: Recientemente escribiste una nota que titulaste “la clase media es el hecho maldito del peronismo” ¿El Ministerio de Desarrollo Social sería la institución maldita?

MR: No es la institución maldita, porque si no existiera habría que inventarla. Me parece que en términos de política pública cumple roles fundamentales. En términos de objetivo y de proyecto político me parece que es más difícil.

APU: Aún cuando se trata de poesía, vos sostenés más o menos algo así: uno debería pensar que en un proyecto político que aspira a la emancipación en términos políticos, sociales y económicos, debería llegar el momento en que no habría necesidad de un Ministerio de Desarrollo Social, entendido como administración de la pobreza; básicamente porque debería llegar el momento en que no haya más pobres o que sea un tipo de pobreza que no requiera de algún modo de “asistencia” por parte del Estado. Para decirlo brutalmente, pienso que es imposible que algo así pueda darse, primero porque este proyecto político no tiende a la eliminación del sistema capitalista sino a la regulación, es decir, se puede aspirar a la superación de la pobreza pero hay que tener políticas públicas para la pobreza y realmente no creo que se pueda eliminar absolutamente el “asistencialismo”.

MR: Sí, es ideal. Yo no soy anarquista, no creo en la destrucción del Estado ni mucho menos. Digo: no perdamos de vista que hay un Ministerio que existe por desgracia. Aunque nunca vaya a dejar de existir, no perdamos de vista eso. Uno puede imaginar que la salud existe y a la vez que hay enfermedades que pueden ser eliminadas y eso no significa que no haya políticas de salud. Ese Ministerio se hace cargo de los costos sociales de un tipo de economía que no alcanza a todos y a la vez lo hace sobre falsas ideas. O sea el propio Ministerio no debería perder de vista que está para eso y no para reconstruir la integralidad de una vida, no porque esté mal hacerlo, sino porque no se puede hacer, porque es imposible. Ese Ministerio es una sala de urgencias, debería actuar en una primera instancia sobre la reconstrucción de un tejido social. Con el kirchnerismo la Argentina logró que todos los pibes tengan la cantidad de proteínas y vitaminas que necesitan, lograr que toda tu población coma lo que necesita comer es revolucionario, pero no me parece que ese Ministerio pueda pensar en un plan B o un plan C por fuera de esa especie de objetivo primario. Por eso creo que en su ideal de reconstrucción de una vida tiene una visión desmesurada sobre cuánto puede reconstruir una vida. Y yo creo que ahí está el problema, no podés reconstruir todo, la gente no está esperando al Ministerio. Recuerdo cuando trabajé en un programa municipal con los cartoneros, lo primero que te das cuenta es que el cartonerismo es una economía. Te das cuenta de que la economía sigue, no está esperando al Estado para humanizarse. Ni la gente ni la economía esperan al Estado. Entonces el problema es que el Estado produce con el Ministerio una suerte de captura social y una falsa ilusión de reconstrucción total de toda una vida y eso me parece imposible. Ojo: ésa es una de las capas del justicialismo, construir una ciudad al amparo de la historia, la comunidad organizada, pero acá se hace sobre la base de ningún ascenso. Y con la fijación del pobre al barrio pobre. No se proyecta el chalecito californiano (de donde nace el mito versero de que levantaban el parquet), sino bajo la forma de microemprendimientos, panaderías de pan barato. El viejo peronismo lo hacía sobre la regulación de la relación del capital y el trabajo. Y era la ciudad feliz para los privilegiados: la ciudad de los niños.

APU: ¿Y qué problemas concretos trae ese objetivo de reconstrucción total?

MR: Yo no tengo una visión del tipo “este Ministerio no permite el crecimiento de una fuerza revolucionaria”. Para mí la mayoría de los pobres –en un promedio grosero- van a estar a mi derecha, no tengo ningún problema en decirlo. Creo que el promedio del mundo popular está a la derecha del promedio del mundo de clase media. La gente dice “qué horror lo que piensan Las Heras y Callao”, bueno andate a Cobo y Curapaligüe a escuchar lo que piensan. Hay horror en todos lados, toda esquina tiene su fosa, su abismo, no es que escuchás hablar a los pobres y es agua bendita y escuchás hablar a la clase media y decís “qué asco”. Son jodidos como todo el mundo. El racismo está en todos lados. El kirchnerismo es la oportunidad a partir de la cual existe cierto izquierdismo que transforma la sociedad a espaldas de la sociedad. Nosotros les colamos el matrimonio igualitario, identidad sexual y un montón de cosas que si vos las plebiscitás no ganan. Hoy nadie se podría imaginar que las mujeres no voten. Mi abuela votó por primera vez cuando ya era grande y hoy parece estúpido el mundo en que las mujeres no podían votar. No se te ocurren argumentos para sostener eso, nadie sería serio si sostuviese eso hoy. A la vez en aquella época existía el Partido Radical que ya era moderno y tenía figuras como Yrigoyen y Alvear, políticos súper interesantes que –por acción u omisión- bancaban que las mujeres no voten. Toda época tiene su costado oscuro. También eso es interesante, el kirchnerismo combina dosis de modernidad y conservadurismo. Por eso es interesante meter la discusión adentro. Mi crítica a muchos compañeros es que la oportunidad histórica no es solamente la oportunidad para ser obediente y disciplinado y mostrarle a la conducción que podés ser un soldado fiel. La oportunidad histórica es colar temas. Después va a ser difícil, andá a colarle un tema a Cobos, por ejemplo.

APU: En el libro se percibe una cierta obsesión por lo nuevo pero al mismo tiempo hay una impronta algo pesimista en torno a la emergencia efectiva de lo nuevo. ¿Lo vivís así?

MR: Yo creo que mi pesimismo es hacia la sociedad y creo que un mejor gobierno no hace necesariamente una mejor sociedad. El kirchnerismo produjo un montón de cosas pero no veo un cambio cultural, hay un ideal de sociedad mejor pero no veo que haya cambios fundamentales en ese sentido. No creo que 678 sea mejor que TN, aunque tengo algunos amigos en 678 y en TN ninguno.

APU: ¿Crees en el progreso?

MR: Un poco.

APU: ¿Y te interpelan los ideales del cristianismo?

MR: Sí, en el sentido del escándalo frente a las cosas. No es resignación sino escándalo. Creo que no hay que naturalizar. Soy devoto de San Benito y él dice que hay tres entidades desde las que habla Dios: tus adversarios, que son los que te dicen la verdad y te indican tus zonas débiles; los extraños, él dice que siempre que llega un forastero hay que atenderlo porque puede ser Dios; y los jóvenes porque son los que creen que las cosas no tienen que ser sólo así. El cristianismo pone en movimiento un sentido de comunidad que es inquietante.

APU: Para terminar: el año que viene se cumplen diez años del kirchnerismo y treinta años de democracia ¿Cómo pensás la poesía argentina en estos últimos treinta años y especialmente en estos últimos diez?

MR: Nosotros no tuvimos una buena generación del setenta, no estoy haciendo valoración de la calidad poética, quiero decir que para quienes buscamos la política en la poesía no fue una buena generación. Yo siempre busqué la política en la poesía, busqué algo que seguramente sólo a través de la poesía se da y es algo político. En la literatura en general siempre busqué la política. Empecé a leer poesía política e histórica en la poesía de los noventa y la que siguió. Al menos yo la leí en la poesía de Martín Gambarotta, Sergio Raimondi, Laura Wittner, Horacio Fiebelkorn, Santiago Llach, Mario Arteca, Cucurto, Marina Mariasch, Fabián Casas, Alejandro Rubio, Carlos Godoy, Diego Sánchez, Martín Armada, Hernán Vanoli. Y también en la narrativa de Fogwill, Osvaldo Lamborghini y Perlongher, que leí después. Yo me inicié en la lectura en los años noventa y leí de atrás para adelante, de lo inmediato a lo más histórico. Leí a mis contemporáneos inmediatos y después fui leyendo hacia atrás. Y en los noventa hubo un gran movimiento de vanguardia poética, que son estos autores que nombré y algunos más, que de algún modo hicieron mucho más el duelo surgido de la ruptura del ideal político de los setenta que los propios escritores que venían del setenta y siguieron escribiendo en los ochenta y noventa. El libro Punctum de Martín Gambarotta es el duelo sentimental del hijo de un militante que, en ese gran vanguardismo estético que asume, envuelve un ideal romántico de la política. O sea el chabón está lleno de resentimiento porque ve que los antiguos militantes políticos se convierten en unos pelotudos o porque los demócratas dominan la escena literaria, la marginalidad crece y un montón de datos que en el fondo configuran el ideal perdido de Punctum, es decir, la militancia política de los setenta. Y en ese sentido me parece que después de estos diez años de kirchnerismo la literatura perdió fuerza porque en realidad todos nos sumamos a la tarea y me parece que no se escribieron grandes textos.

APU: ¿Entonces no habría una poética kirchnerista o sí?

MR: Lo que pasa es que el kirchnerismo es contemporáneo de la revolución tecnológica y las redes sociales. En realidad me parece que lo que se produce hoy pasa más por ahí que por los libros. Las redes son un fenómeno que yo no analizo porque no me interesa, lo vivo. Por ejemplo, leo blogs, leo cosas, leo gente, no sé, leo twitteros que me parecen buenos. Lucas Carrasco, el Coronel Gonorrea, Manuel Barge, Luciano Chiconi. No es sólo lo que se escribe en las redes sino la velocidad con la que se pone en circulación. Y otra cosa es que no me interesa leer lo que dice un autor sino que me interesa más el debate, las discusiones, los movimientos de sentido. Por ahí, en Twitter y los blogs se produce algo más interesante en términos de debate que en la contratapa de Página 12. O sea, se quebraron jerarquías y eso es lo que pasó en la literatura durante el kirchnerismo. Pensé este libro en función de la circulación a través de internet y las redes, menos ligado a esa producción clásica de la literatura que en realidad es pura política de autor.