viernes, enero 09, 2015

¿Se puede tomar en serio a los mercenarios?





En París, a estos jóvenes francoargellinos les faltó inclusión social y les sobró entrenamiento comando, digamos.
Mientras Cuba toma la audaz y de vanguardia decisión de dar a conocer el fallecimiento -es hora de que el pueblo vaya sabiendo estas cosas- de Stalin y Mao; los defensores implacables de la libertad de expresión argentina vuelven a acusar a los monopolios por la muerte de un negrito chaqueño de hambre. La solución, dado este valiente diagnóstico, radica en hacer aprobar una Ley de Medios.
La SIDE anda espiando jueces con total naturalidad para después probarnos que se juntaron con periodistas, que naturalmente, son enemigos de la libertad de expresarse por la obvia honestidad de Larry de Play, el estadista que vino a cambiar la historia después de llenar miles y miles de estadios demostrando que el piso y el techo electoral se parecen más a una casa de Sueños Compartidos que al doctor Chapatín con Artemio Esclerosis.
La derecha corporativa, cipaya, imperialista y atea nos quiere hacer creer que hay pobres. Como si la banda de gánster de Puerto Madero no hubiera dado todo de sí para terminar con la pobreza y la desocupación y la desigualdad y los que critican que haya pobreza, desocupación y desigualdad creciente.
En fin.
¿Se siguen dantempalmando los datos de pobreza e indigencia o no los publican para no hacer tan obvio que a la banda de gánster de Puerto Madero solo le interesa robar?
Hubo un momento donde esto tuvo sentido. Un momento donde ya no. Y un momento que solamente pueden acompañar los mercenarios con nuestras banderas, bajo el único objetivo de lograr impunidad para los ricos y entenados.
Sencillito el asunto. Siempre lo fue.


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