La coca-cola verde es una mierda

Hoy el supermercado hacía rebajas del 20% (de nuestro sueldo). Compré una coca verde, para ver qué tal era. Y no funcionó. No pudo despegarme la calcomanía de Las Leñas, ya no la de bebé a bordo (que está desde quee l boludo de mi hijo era bebé: hoy tiene 38 años) en el cero km, que queda feo. Si yo ni sé dónde queda Las Leñas. Bueno, sí, abajo de la parrilla. Pero me refiero a otra cosa.
La coca verde no quita óxido, ni manchas de salsa, ni afloja rulemanes, no quita las liendres ni sirve para sacrificar toros. No va a andar. Muchachos, eso no va a andar.
Como casi todo lo que va colgado de otro gran fracaso comercial: el fernet menta. El fernet menta es la esposa del intendente de Malvinas Argentinas, que está en la góndola por el cupo femenino, sino, no se explica la vocación por el fracaso comercial de esa criptonita pasada de moda.
Vamos aclarando el panorama que hay pinguinos en a CABA:  el asunto, es muy simple. Si vas a consumir coca-cola, es como consumir paco. Ya sabés que hace mal, no esperás otra cosa. Nadie toma meada del imperio esperando que le baje la presión. Nadie consume lo mismo que Carolina Aguirre esperando parecerse a Emilia Claudeville. Nadie escucha Macaferri y Asociados esperando que Bach te felicite. Es elemental, muchachos.
Sin embargo, en estos tiempos despolitizados, policiales y conservadores, la coca verde, en los manuales de subestimación de nuestro pueblo, en sus hipótesis, podría funcionar. No. Le erran. Y harán despertar la bestia indómita que vive en cada argentino con ganas de nacionalizarse inglés ( que es su mercado potencial) resurgir un nacionalismo de ocasión y la memoria popular recordará la verdad y hará justicia: ya probaron con la pepsi al limón y fracasaron.
Argentina, bah, la república de Tucumán, es el principal exportador de limón por que provee a la Coca Cola del único ingrediente que no es más dañino que un ataque nuclear. No nos vengan con inventos, muchachos, que atentan contra el ser nacional y nuestras exportaciones.
Ya está demasiado incorporado que la Coca-Cola es una droga que hace mal, no hay vuelta atrás. Son víctimas del mito de la fórmula secreta. Se vienen tiempos, estéticos, más europeos (volverse viejos y aburridos) que yanquis (volverse gordos y violentos) y eso, por más esfuerzo que hagan para que ese veneno que ni siquiera es alucinógeno parezca otra cosa que un consumo que hace mal pero bueno hay quienes son adictos a eso, que eso, parezca otra cosa. Son eso, muchachos. Ojalá tomen mucho de su porquería y se mueran pronto. Buenas noches.