Bienvenidos al folletín de la viudita triste. Las divertidas aventuras de una estúpida como Isabel Perón pero con título secundario.

Mis amores. Hola. Así se insulta a una presidenta, de paso, además, se recrean y conjugan los miedos preexistentes -los de la etapa de la impunidad; acaso si ahora fallan es porque la sociedad (y gracias a este gobierno y el de Néstor Kirchner) decidió una cosa muy loca: ahora, el que las hace, las paga- para atentar, especialmente, contra la juventud.
El kirchnerismo, señores, y también, por qué no, señoras, vengan, opinen, que ahora también el sexo débil vota, les decía, el kirchnerismo es una mugre y una pesadilla entre otras cosas por que, en los cálculos de nadie estaba, la pirueta traviesa de la historia: hay miles y miles de cuadros políticos jóvenes, formados y fogueados, desparramados a lo ancho del país, en cada rincón, miles y miles es, señores, una enormidad, algo que no tiene la derecha, algo que no tiene ninguna corporación, algo que no tiene, aún, una pena, ninguna otra fuerza política democrática. Miren, señores, al kirchnerismo: de ese semillero saldrán los políticos del mañana, los actores, los almaceneros, los economistas, los poetas, los tarados, los sacerdotes, los músicos, los abogados que, cada cual en su ámbito, pequeño o más grande, liderarán opiniones, se destacarán, serán los que inciden en la lucha política con opiniones y amores y, oh, señores, con rencores, como los que tienen, ustedes, señores, contra ellos. Muchos mitos, muchas farsas, muchas jerarquías, han sido rebasadas, son ya, simplemente, historia. Historia viva. Capítulos cerrados. Gracias al Doble Comando del Loco y la Señora que, se apresuraron ustedes en mandar a coser y bordar, esa pesadilla, que odian los gerentes de la vieja argentina del hambre y la impunidad, perdura, perdurará y al parecer, cada palada que le agregan a su muerte, el kirchnerismo contesta con una carcajada.
Bienvenidos, ahora sí, al maravilloso mundo de la impotencia de los que añoran la vieja argentina, donde se destacaron como progresistas, duhaldistas del periodismo independiente del Grupo Clarín como la Dama del Odio, Susana Viau, la Carrió del periodismo.